ESTRAGON: Let's go.
VLADIMIR: We can't.
ESTRAGON: Why not?
VLADIMIR: We're waiting for Godot.

Samuel Beckett
Waiting for Godot

martes, 2 de enero de 2018

Columna vertebral

 

No importa el destino, mi asiento en el tren siempre será el que me permita ver el río por la ventanilla. Las vías sinuosas jugando a encontrarse con el cauce serpenteante entre los árboles, el reflejo creando un universo simétrico que cambia sin cesar y sin embargo es siempre el mismo. El tren reduce su velocidad al acercarse al agua como si quisiera admirarla también; el mundo se detiene pero las nubes siguen su curso río arriba. Me pongo nerviosa pero nadie en el vagón parece darse cuenta, y nadie, excepto yo parece mirar el río. ¿Por qué nadie mira el río? Mis pulmones, sin ser conscientes de ello, sostienen el aire durante demasiado tiempo para acompasarse después con los meandros y bailar con el agua atardeciente y plácida. 
Yo quiero ser el río y dormir como un río, y también tengo frío en el alma y en los pies, aunque el alma se templa enseguida en la ventanilla de mi asiento de tercera clase. El tren, como el río, vertebra el curso de mi vida de nacimiento a desembocadura, unas veces lento y pausado y otras agitado y bullicioso, fluyendo impertérrito de principio a fin hasta que un día mis días, como el río, tengan aroma a sal.