ESTRAGON: Let's go.
VLADIMIR: We can't.
ESTRAGON: Why not?
VLADIMIR: We're waiting for Godot.

Samuel Beckett
Waiting for Godot

miércoles, 13 de junio de 2018

Librerías y bosques


Las librerías son bosques.
Los libros agrupados en estanterías y mesas conforman el follaje de árboles y arbustos.
Mientras que algunos son perennes, otros pierden todas las hojas cuando acaba la temporada. En su lugar, año tras año, volverán a brotar historias nuevas que pronto serán viejas y el ciclo se repetirá.
La fauna se compone de lectores y libreros que buscan alimento entre las hojas, nutriéndose y polinizando a la vez, mezclando ideas que germinan para crear nuevas plantas.
Hay quienes recogen el fruto fácil y hay quienes se adentran en el corazón del bosque para recolectar el néctar selecto, el más esquivo y maravilloso, el más difícil de alcanzar.

Qué respiro para el alma supone perderse entre árboles de papel.
Papel de árboles.
Las librerías son bosques.

lunes, 14 de mayo de 2018

Prosopagnosia inversa

Prosopagnosia: (del griego πρόσωπον: aspecto, y de ἀγνωσία: desconocimiento) es una forma específica de agnosia visual, caracterizada por una incapacidad de reconocer los rostros.

En ocasiones me pregunto si existe la prosopagnosia inversa. Si se diagnostica habitualmente o aparece en los libros de neurología.
La prosopagnosia inversa sería la 'forma específica de agnosia visual caracterizada por la incapacidad de la gente por reconocer el rostro de una'. El mío nada más. Entre ellos parecen recordarse sin esfuerzo, se saludan y sonríen porque claro, saben quienes son ellos y sus interlocutores.
La mayor parte del tiempo yo sé quién es todo el mundo, recuerdo a compañeros de preescolar, de parque, de barrio. Amigos, entrenadores y rivales de natación. Recuerdo su cara y la de sus allegados aunque a veces se me olvide algún nombre o apellido demasiado común.
Si hemos ido juntos a alguna clase se me grabará en la memoria el sitio que ocupaba esa persona, la ropa que llevaba el primer día que la vi y, si en alguna ocasión lo mencionó, su fecha de nacimiento. Nunca jamás, aunque no reciba mi felicitación ni tenga conocimiento de ello, olvidé ni olvidaré su cumpleaños. Siempre será del mismo color.

Por el contrario me pasa que tengo la sensación de no tener rostro, de tenerlo tan fácilmente olvidable que el hecho de que alguien lo recuerde me resulta notable y hasta extraño. Y no les culpo. Es cierto que he cambiado, puede que sea otra persona totalmente diferente a la que fui, pero ellos también se me antojan distintos. Y aún así, me transportan al tiempo en que no hacía falta recordarles.
Me da vergüenza saludar a algunas personas porque aunque yo recuerdo su rostro, su nombre y hasta su fecha de cumpleaños estoy completamente segura de que ellos no tienen la menor idea de quién soy yo, de cuándo nací o en qué momento se cruzaron nuestros caminos.
Sé quién soy, sé quienes son ellos. Pero ellos, a pesar de estar en mi misma situación, no recuerdan -si es que supieron alguna vez- quién soy yo.


martes, 2 de enero de 2018

Columna vertebral

 

No importa el destino, mi asiento en el tren siempre será el que me permita ver el río por la ventanilla. Las vías sinuosas jugando a encontrarse con el cauce serpenteante entre los árboles, el reflejo creando un universo simétrico que cambia sin cesar y sin embargo es siempre el mismo. El tren reduce su velocidad al acercarse al agua como si quisiera admirarla también; el mundo se detiene pero las nubes siguen su curso río arriba. Me pongo nerviosa pero nadie en el vagón parece darse cuenta, y nadie, excepto yo parece mirar el río. ¿Por qué nadie mira el río? Mis pulmones, sin ser conscientes de ello, sostienen el aire durante demasiado tiempo para acompasarse después con los meandros y bailar con el agua atardeciente y plácida. 
Yo quiero ser el río y dormir como un río, y también tengo frío en el alma y en los pies, aunque el alma se templa enseguida en la ventanilla de mi asiento de tercera clase. El tren, como el río, vertebra el curso de mi vida de nacimiento a desembocadura, unas veces lento y pausado y otras agitado y bullicioso, fluyendo impertérrito de principio a fin hasta que un día mis días, como el río, tengan aroma a sal.


lunes, 29 de mayo de 2017

20112017

«Esta expresión [del desgarramiento y la disonancia de lo interno] es la sonrisa a través de las lágrimas. Las lágrimas pertenecen al dolor, la sonrisa a la jovialidad (...) ...tal como se dice de doña Jimena en el Romance del Cid: “¡cuán bella estaba llorando!”». Hegel. Lecciones sobre la estética

Este es, con seguridad, uno de los textos que más me ha costado escribir. Seguramente sea por su naturaleza, triste y tremendamente alegre a la vez; lo amargo y el más exquisito de los dulces llevados al extremo más alejado de la neutralidad.
Hoy, tras 6 años maravillosos, dejo Barcelona y vuelvo a Logroño. Pongo fin así a un exilio que se ha terminado convirtiendo en hogar. Ojalá fuera capaz de hacer un mejor balance de todo este tiempo, pero no consigo resumir tantos días y noches, gente y vivencias. He sido enormemente feliz en esta ciudad que me acogió cuando no tenía nada ni era nadie y de ella me voy siendo alguien. Con mayúsculas, con todas mis cicatrices y sonrisas eternas. 
Dejo una ciudad que me enamoró desde el principio y que ahora casi no reconozco; en la que ahora mismo no soy capaz de vivir. La he admirado, disfrutado y defendido, he trabajado en ella haciendo algo que adoro... Y a ratos la he odiado también.
Creo que las buenas amistades lo son para siempre a pesar de los obstáculos o la distancia. Y yo tengo a los mejores amigos del mundo. Me voy sabiendo que detrás de esta personita que hoy soy hay gente preciosa que me ha dado todo el amor que posee y que a su vez se siente querida. O esa ha sido mi intención. 

Pero ahora se ha abierto un nuevo horizonte y llega con colores muy vivos. Llega con una vida nueva y fascinante en la que poder disfrutar del futuro que he forjado y que anhelo con todo mi ser. De mucha gente a la que quiero y que en su día dejé atrás para coger impulso. Y ahora tengo todo el del mundo. 
Hoy vuelvo a casa con todas las ganas que me es posible tener, con sed de cambio y renovación, con una vida que por fin me pertenece y con tiempo para vivirla. Feliz como nunca creí serlo.

Me voy, pero estoy y soy más de lo que he estado o sido nunca.

martes, 28 de marzo de 2017

Hoy he tenido que dejar Poblenou

"Adios, vista dos meus ollos:non sei cando nos veremos" Rosalía de Castro
Hoy, con toda la pena que me es posible sentir y tras tres meses de lucha, he tenido que dejar el Poblenou.
Hace ya 6 años, cuando llegué a Barcelona con una maleta y muchas ganas de trabajar, no podía imaginar que la zona en la que me instalé, de gran tradición obrera y luchadora, acabaría convirtiéndose en una nueva área gentrificada, en un barrio de moda con locales modernos, turistas y pisos muy caros. 790€ quieren al mes por mi piso de 35m2... 250€ de subida al fin del contrato. El de encima, alquilado por 1050€. Lo siento, pero no.



A casi nadie le resulta desconocida la situación actual de la vivienda en Barcelona. Los vecinos se ven obligados a marchar de sus barrios ya que los pisos en los que nacieron, vivieron y forjaron su rutina se están transformando irremediablemente en alojamientos para el visitante, para esa figura que dicen que enriquece la ciudad y a la que "todos deberíamos estar agradecidos".

Ese visitante, el turista, ha acaparado no solo los pisos, sino también el espacio público, las calles y mercados que una vez pertenecieron a los habitantes de la ciudad y que ahora se han visto transformados en museos. ¿O no lo vemos cada día con el Mercat de la Boqueria? ¿Quién puede ya realizar una tarea tan rutinaria como es la compra si tiene que esquivar a tres mil turistas haciéndoles fotos a unas manzanas cuidadosamente colocadas? ¿Irán los vecinos a comprar al puesto de zumos/smoothies a un euro que antes era Charcutería Manolo?
No, no y no.
Tampoco quiero que esto se convierta en la criminalización del turismo. No. Es una reivindicación, una llamada de atención sobre un modelo de ciudad que ya no es ciudad sino parque temático, un sitio en el que los propietarios de los pisos y las inmobiliarias se suben al carro de la especulación haciendo que los pobres trabajadores tengan que desplazarse a las afueras.
800 y 900€ por pisos de 35 metros cuadrados. ¿En qué cabeza cabe? Pues bien, a la hora de encontrar un nuevo hogar te das de lleno con una realidad tan injusta como vergonzosa:

 -Dos meses de fianza (hasta 6 si eres autónomo, como es mi caso).
 -Mes en curso.
 -10% de la anualidad + IVA en concepto de honorarios para la inmobiliaria.
 -IBI, ITP, gastos de contrato + IVA...
 -
Total, que para un piso de 650€ sin amueblar te plantas en 3000 solo para entrar a vivir. Y eso contando con que accedan a enseñarte el piso, porque si no justificas con nóminas, contrato con 3 años de antigüedad, movimientos bancarios del último mes y/o Declaración de la Renta, que ganas dos o tres veces el importe de una mensualidad, ni se molestan. Alguien cobrará y pagará más que tú.
¿Qué puede hacer ante estas condiciones una persona con contrato temporal, pensión, parada, o con varios hijos a su cargo?
Seguramente lo mismo que yo, dejar su barrio.



Adiós, Poblenou. Ojalá esta tristeza que siento por marchar se convierta en lucha firme para evitar que a otros les ocurra lo mismo.


domingo, 22 de enero de 2017

No te necesito y por eso te quiero.

La primera vez que oí esta frase seguramente no supe entenderla. No te necesito y por eso te quiero.
Ocho palabras que arrasaron como un huracán pronunciadas por el mejor profesor de filosofía con el que he compartido aula y absenta, ocho palabras que se me grabaron en el alma con martillo y cincel.
Mentiría si dijera que en el momento no les di vueltas... Reflexioné sobre su significado y su correspondencia con la única realidad que conocía aquella aspirante a filóloga de diecinueve inviernos. Comprendí la idea, pero era demasiado joven como para siquiera asomarme al fondo.
Han tenido que pasar casi diez años para que ese regalo filosófico se me haya revelado con claridad. No te necesito y por eso te quieroPodría vivir 80 ó 90 años (siendo optimistas) sin tener a nadie a mi lado y seguiría respirando; aunque puedo vivir sin ti, aunque no te necesito para sentirme completa ni seguir caminando, aunque tu presencia no es indispensable para mi existencia, no quiero hacerlo. Elijo que estés. Y por eso te quiero. Precisamente porque te he escogido sin tener necesidad de ti, te he antepuesto a mi soledad y a otras soledades distintas. No te necesito y por eso te quiero
Pudiendo vivir sin ti, he elegido no hacerlo.

martes, 15 de noviembre de 2016

Dioses


En el principio creó Dios los cielos y la tierra.



El otro día me acordé de Dios mientras leía un libro de neurocirugía. No de un dios en concreto, sino del Dios de todas las religiones, sus ídolos y divinidades creadoras del universo; aquellas que diversas culturas adoran por su omnipotencia y piedad. Leía sobre un aneurisma en una arteria cerebral y me acordaba de las supernovas y los agujeros negros, que también estallan llevándose todo por delante. Del Apocalipsis.
Entonces hice una pausa y busqué dentro de mí; todo cobraba sentido de repente y acababa de ser consciente por vez primera de que la respuesta había estado ahí desde el principio aunque yo no supiera verla. Se me presentaba clara y tan evidente que me indigna no haberme percatado antes. 
Aquello a lo que los humanos llamamos Dios no es otra cosa que nuestro propio cerebro.   
Ese órgano que nos permite la vida y la modela para crear personas diferentes, cada una con su propio mundo; ese órgano que nos presenta un entorno que existe porque lo vemos, lo tocamos, lo olemos, lo sentimos. Sin él no hay luz ni oscuridad, sin él no hay movimiento ni latido. No hay amor ni noción de él, unas veces se apiada de nosotros y otras nos castiga arrasando cruelmente con toda forma de vida.
El cerebro es un universo que crea otros universos, las neuronas se conectan en órbitas infinitas que danzan con impulsos eléctricos y permiten el orden absoluto. Nacimiento y muerte, Alfa y Omega, principio y fin. 
Creazione di Adamo, Capella Sistina. 
Michelangelo Buonarroti, 1481.
     
     Parece que, después de todo, no son sólo cosas mías...




sábado, 5 de noviembre de 2016

whispers, shelter and silence




there are these times in your life in which everything you used to know is not there anymore
times that defy your so-called sanity to turn it into sweet delight
turning points, they're called
this has been a three-year-long turning point in which silence -internal silence- has taken charge
it doesn't matter how chaotic the world is
or wrong
or screwed

silence
silence
whispers, shelter and silence

martes, 19 de abril de 2016

¡Silencio!


Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—.

... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, ¡en su Granada!...


foto: Xiana Cid


cada "¡silencio!" que pronuncio con voz de bernarda alba me retumba en el pecho como una puñalada.
resume de una manera macabra la dinámica que lleva repitiéndose desde aquel fatídico julio del 36, el silencio más escandaloso y atronador hacia aquellos que, como federico, fueron acallados por un levantamiento militar. una parte de la cultura que intentó borrarse... una belleza única e incalculable que quiso hacerse desaparecer.
pero no lo consiguieron.
ellos ganaron la guerra y gobiernan. nosotros seguimos buscando en las cunetas restos de dignidad, de esperanza, de fuerza para seguir luchando.
por eso, cada día que piso las tablas y me visto con el alma de bernarda alba, entro en la de federico y le doy voz.
por él y por todos los que, como él, fueron silenciados.

silencio inicial
y al final, ruido.