Las librerías son bosques.
Los libros agrupados en estanterías y mesas conforman el follaje de árboles y arbustos.
Mientras que algunos son perennes, otros pierden todas las hojas cuando acaba la temporada. En su lugar, año tras año, volverán a brotar historias nuevas que pronto serán viejas y el ciclo se repetirá.
La fauna se compone de lectores y libreros que buscan alimento entre las hojas, nutriéndose y polinizando a la vez, mezclando ideas que germinan para crear nuevas plantas.
Hay quienes recogen el fruto fácil y hay quienes se adentran en el corazón del bosque para recolectar el néctar selecto, el más esquivo y maravilloso, el más difícil de alcanzar.
Qué respiro para el alma supone perderse entre árboles de papel.
Papel de árboles.
Las librerías son bosques.
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