cuando la realidad te obliga a desterrar los esquemas y a tirar la brújula al mar
cuando no hay más remedio que preparar un trapo blanco para anunciar la rendición
cuando el viento se lleva la niebla de pericardio
y el rojo y el negro se vuelven a juntar
despertamos, como si saliéramos de hibernar en nuestra cueva
la sangre ha dejado de correr por nuestras venas para echarse a galopar como caballos en la playa
la razón se dispone a entrar en el ring con todas las apuestas en contra
porque el instinto calienta sereno en la esquina contraria
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