porque sabiendo que has cambiado, mi vida cambia sin saberlo. viendo que vives más allá yo sigo sin encontrarme menos acá, y el alma me persigue por las calles pero no llega a alcanzar mis pies descalzos de sed.
todo el mundo vale, eso es inevitable incongruente e intransitable, a la vez que tan absurdo como estos catorce meses. ochenta metros cuadrados no bastan para paliar la pena, un mundo entero no llega para huír del dolor...pero a veces dos sonrisas sobran para olvidar el camino, ese que nos han de hacer avanzar en las lunas de otoño-invierno-primavera, saltándonos el verano...
porque no quiero vivirlo sin ti.
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