se desprenden los años, se purgan las almas, sacudiéndose cual perro callejero bajo la lluvia de abril
brillan los colores de una nueva vida, danzando ardientes sobre los fantasmas de otra que aún no ha terminado y que se aferra con fuerza a la pared
cierras los ojos y ves las cosas en su verdadero lugar
esperas al reloj y le das la vuelta al calendario de tus noches en vela, velando por las noches de quien no vuelve en un tic-tac de incertidumbre
vuelas por el suelo mirando a los pájaros de tu alrededor
corres tan rápido que olvidas que tu mente está exhausta
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