¡crac!
crujen los hilos
tensos, prietos, estrechos
¡crac!
soportando el peso de una manta imaginaria
que alberga en su interior calderos de agua tibia
huyendo humeante ante la idea de un goteo inminente
¡crac!
silencio expectante
cerramos los ojos, prietos los dientes
intentando evitar -sin éxito-
el momento de la debacle
entonces hasta el aire pesa,
todo supone más tensión
las pinzas -¡crac!-
se escurren temblando por el vértigo de la caída
aunque saben que abajo
es la única vía posible,
que al fin y al cabo el vacío resulta ser el fin último
¡crac!
silencio de nuevo
el eco devuelve el crujido
no hay tiempo
las gotas se precipitan
los hilos disparan sus extremos en todas direcciones
y el aire se interpone entre las fibras,
lanzándolas cual péndulos palpitantes
corazones oscilantes
que separados para siempre
anhelan la antigua tensión
silencio al fin
crujen los hilos
tensos, prietos, estrechos
¡crac!
soportando el peso de una manta imaginaria
que alberga en su interior calderos de agua tibia
huyendo humeante ante la idea de un goteo inminente
¡crac!
silencio expectante
cerramos los ojos, prietos los dientes
intentando evitar -sin éxito-
el momento de la debacle
entonces hasta el aire pesa,
todo supone más tensión
las pinzas -¡crac!-
se escurren temblando por el vértigo de la caída
aunque saben que abajo
es la única vía posible,
que al fin y al cabo el vacío resulta ser el fin último
¡crac!
silencio de nuevo
el eco devuelve el crujido
no hay tiempo
las gotas se precipitan
los hilos disparan sus extremos en todas direcciones
y el aire se interpone entre las fibras,
lanzándolas cual péndulos palpitantes
corazones oscilantes
que separados para siempre
anhelan la antigua tensión
silencio al fin
[logroño, 20/III/2011]
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