el orgasmo de un sinestésico evoca toda la gama cromática en un segundo.
cada tonalidad se convierte al instante en destellos resplandecientes que se cuelan por las
vidrieras de su cristalino.
despierta todas las escalas con
bemoles y sostenidos, repta por la piel erizando el vello cual hilo de cometa. sube... baja, sube hasta el cielo y vuela con las
golondrinas.
dibuja espirales en el
aire con el soplo de un gemido, danza con los escalofríos...
se incendia
espontáneamente.
el orgasmo de un
sinestésico es como el primer sorbo del café de la mañana, como un mordisco de
baklava tras un beso muy largo.
como un cuarteto de blues.
es la luna
estallando, el cielo pidiendo clemencia.
perros que ladran y
olas que rompen en el mar.
sabores exóticos.
color, color, aroma a
tierra mojada.
trompetas y timbales.
silencio.
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